Facultad de Educación
de Cuenca:
Marina Penadés
Cristina
Álvarez
Marta Delgadao
Raúl García
v Sociedad democrática:
El ideal democrático aspira, a que la comunidad política, que este
espacio común en el que desenvolvemos nuestra vida, sea hasta cierto punto una
comunidad de iguales y no una comunidad estratificada, que tolera que sus
miembros sean castigados por la naturaleza o por la cuna. Ésta es, aunque
solemos olvidarlo, y aunque la igualdad hoy día tiene mala prensa, el principio
básico de toda acción política en una sociedad democrática. Lo propio de una
sociedad democrática, es que aspira, en algún nivel siquiera mínimo, a ser una
comunidad de iguales, sino en bienestar, sí al menos en recursos iniciales.
Una sociedad democrática, en otras palabras, entiende que una sociedad
justa es una sociedad que distribuye los recursos y las oportunidades en
relación al mérito de las personas. Es una sociedad que se alegra de las diferencias
que son producto del esfuerzo, y que se entristece cuando se trata de
diferencias inmerecidas, que son producto del azar natural o de la simple
pertenencia familiar. Al desconfiar, como vengo diciendo, de la naturaleza y de
la historia, la sociedad democrática trata dentro de ciertos límites a los
talentos innatos como bienes comunes, y a las discapacidades o desventajas,
como desventajas también comunes. (Peña,
C.2005 p.23)
v Cómo la Educación ha conseguido que España sea una sociedad Democrática:
Si queremos tener una buena escuela hay que tener mejores
directores y mejores profesores. El esfuerzo mutuo, la buena gestión y el buen
trabajo que los maestros hagan de sus alumnos, son medidas orientadas a mejorar
el aprendizaje en la escuela. Para que en la sociedad haya un reflejo de
democracia, la escuela juega un papel fundamental en el que se debe poner en
conocimiento y practicar democracia. Los alumnos tienen que llegar a
interiorizar y probar en sus carnes este sistema que para ellos es nuevo y desconocido.
Hay que hacer que este sistema para ellos sea de un uso normal, del que puedan
valerse de cara al futuro en sus vidas adultas para utilizarlo de cualquier
manera.
Las personas
que hacen escuela, para conseguirlo se aseguran de que la escuela no incluya
barreras institucionales para los jóvenes. Los educadores comprometidos con la
democracia se dan cuenta de que es probable que las fuentes de desigualdad en
la escuela se encuentren también en la comunidad. Otro de los grandes propósitos
de las escuelas democráticas es conseguir mejorar el clima de la escuela y aumentar
la autoestima de los estudiantes.
La escuela tiene que optar por ser autónoma. Esta
autonomización, les permite el alcanzar una mejor creatividad y tener una más y
mejor responsabilidad.
Los centros
democráticos se caracterizan por la participación general en cuestiones de
gobierno y elaboración de política. Las comisiones
escolares, los consejos y otros grupos de toma de decisiones incluyen no sólo a
los educadores profesionales, sino también a los jóvenes, a sus padres y a
otros miembros de la comunidad escolar.
En las aulas,
son los jóvenes y son los profesores los
que colaboran en la planificación y hacen llegar las decisiones que son
importantes y preocupan en la escuela. Esta planificación democrática, se
consigue tanto en el nivel de la escuela como en el del aula, es una
herramienta que ayuda a de respetar el derecho de las personas a participar en
la toma de decisiones que afectan a su vida, tanto en la escuela como fuera de
ella.
En una democracia en las escuelas se
manifiestan cómo conseguir la igualdad de oportunidades para todos, un
significante número de ellas están llenas de estructuras, como la dirección y
el agrupamiento por capacidades, que niegan la igualdad de oportunidades y de
resultados a muchos, particularmente a los pobres, a las personas de color y a
las mujeres.
La defensa del
agrupamiento heterogéneo se hace en parte para lograr un mayor rendimiento
académico y social, pero de manera más amplia por motivos de justicia y acceso
equitativo, como cuestiones sociales profundas (Oakes, 1985).
En resumen, nuestra sociedad democrática requiere una
educación de calidad que llegue efectivamente a todos, mediante una
distribución igualitaria, y que además sea la misma educación para todos,
consiguiéndolo a través de la integración social. Los que están
comprometidos con la educación democrática se sitúan en una posición de
conflicto con las tradiciones dominantes de la escolarización.
v Referencias bibliográficas:
·
BEANE, M. W. A. J. A.,
& Apple, M. (2002). Escuelas democráticas. Madrid: Morata.
·
Peña, C. (2005).
Igualdad educativa y sociedad democrática. Políticas
educativas y calidad. Reflexiones del Seminario Internacional, 21-31.
·
Crotti, E.,
Armas, G. De, Ketele, J. De, Gajardo, M., Garcí, J. E., Marí, J., …
Internacional, S. (2004). Políticas educativas y equidad.
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